La Biblioteca Nacional

Me he pasado la mañana en la biblioteca. Ha sido un viaje al pasado (al pasado desconocido y al mío propio). He visto incunables, miles de volúmenes expuestos en la pared principal, sellos de todas las épocas e ilustraciones de libros que solía leer de pequeña. Y niños de la mano de sus padres saliendo de las enormes salas de lectura con caras de emoción. Y me he acordado del viaje que todos los sábados hacía con mi padre y mi hermana en busca de nuevos libros a la Biblioteca Municipal de mi ciudad. Me alegro de que, a pesar de las nuevas tecnologías, Internet, la televisión y Amazon, todo siga igual.

Los Museos

Llevo dos meses viendo museos, paseando por las salas con la guía en la mano, intentando no perderme ni un detalle. Hay veces que sólo entro a ver una sala, o que me pierdo sin rumbo. Me encanta observar a la gente, los que leen los carteles, los de la audio guía, los que se duermen en los bancos, el vigilante aburrido... siempre están ahí. Y de todos los museos salgo con la sensación de haber aprendido algo, que perderé (o no) con el paso del tiempo, pero que, por el momento, ahí se queda.

Las muñecas rusas

Me fascinan las muñecas rusas, tengo varias, en distintos colores y tamaños. Para mi es un misterio cómo consiguen meter una dentro de otra hasta límites insospechados. En realidad son como las personas, vas abriendo muñecas (y ves gustos, carácter, cultura)  y muñecas (y ves personalidad, historia, sueños) y muñecas... (y si tienes suerte, llegas al corazón).