Un día iba con dos de mis mejores amigos de camino a nuestro restaurante griego habitual para cenar. Tengo que decir que siempre he pensado que los hombres y las mujeres tenemos distinta percepción de la familia y de las relaciones personales, pero en aquel momento me di cuenta de que es un falso mito. Les contaba lo pesada que se había puesto mi madre por teléfono preguntando qué había comido. Vivo a 1200 km de casa y lo primero que me pregunta es por lo que he comido. Me sorprendió saber que a ellos también (sus madres, no la mía).
Luego está esa manía que tiene de ir a verte y limpiarte la casa (que te has pasado dos semanas limpiando antes de que viniera) y de decirte luego lo sucia que estaba. Y lo de cambiarte las cosas de sitio y usar una de tus camisetas favoritas para trapos. Y lo de inspeccionar tu frigorífico y recordarte lo mal que comes. Mi madre tenía un plus cuando vivía en su casa: me abría toda la correspondencia y me la resumía. Incluso las cartas de mi novio:"Carolina, te ha escrito Jorge, dice que te echa de menos y que a ver si vas a verle". Agggg
Otra cosa que hace mi madre es preguntarte qué quieres para comer. Lentejas. Pues hago acelgas. Mi abuela también lo hacía, no sé para qué preguntaba.
Con todo, no cambio a mi madre por ninguna otra. Porque ya se sabe, una madre, es una madre.