jueves, 21 de abril de 2011

El fútbol es así

Lo confieso, soy futbolera. Me encanta ir al fútbol, disfrazarme con la bufanda, la camiseta y pintarme la cara. O ver el partido en el sofá, midiendo los tiempos para ir al baño. Me fascina sobretodo cómo te cambia el día, la felicidad repentina que te da o la pérdida de apetito que te provoca. Y las ruedas de prensa, con sus frases míticas: el fútbol es así, no hay rival pequeño, lo que pasa en el campo se queda en el campo, un punto es un punto... tan obvias como divertidas. Por eso reivindico a los faltosos, la escuela Guardiola es muy aburrida, tan comedidos, tan educados. Lo más divertido del lunes es leer en el Marca las bobadas que han dicho los entrenadores el día anterior, por eso este año estoy encantada con Mou y sus andanzas.

viernes, 15 de abril de 2011

Una brocha es para siempre

Creo que a estas alturas todos nos hemos dado cuenta de que vivimos en un mundo de necesidades creadas. Yo a los 15 no tenía móvil (ni falta que hacía) usaba Internet cada tres o cuatro días (y porque lo tenía en casa) y tenía dos o tres pares de zapatos. Hoy iba hablando por el móvil con mi hermana y me ha dicho:"Me voy a comprar una brocha de maquillaje profesional, es una inversión". Por supuesto, me he preocupado de explicarle las diferencias entre gasto e inversión y ella se ha refirmado: "Pues eso, una inversión". Y me he callado. No puedo darle charlas sabiendo el número de pares de zapatos que tengo en el armario (todos inversión, por supuesto).

sábado, 9 de abril de 2011

Better After

Soy fan absoluta de los antes y después. Me chiflan los programas en los que renuevan tu casa, tu vestuario, tu estilo e incluso tu cuerpo. Demuestran que todos y todo puede ser mejor con un poco (o un mucho) de interés y savoir faire. Lo peor es que, en ocasiones, no se puede hacer nada, todo sigue igual (de horrible). O aún peor, el después da más miedo que el antes.

domingo, 3 de abril de 2011

La revelación

Hoy he tenido una revelación. Iba por la calle y me he fijado en un hombre que salía feliz de un despacho de lotería. En el cartel de la puerta ponía: 133 millones de euros de bote (133 millones!!!). Y me he dado cuenta de que llevo toda mi vida haciendo el tonto, creo que en cuanto empiece a jugar, tendré la vida resuelta. ¡Cómo no se me ha ocurrido antes!.